La espiritualidad es inseparable de la ética. La injusticia hunde sus raíces en un problema que también es espiritual. Por eso su solución requiere una conversión espiritual del corazón de cada uno y una conversión cultural de toda la sociedad mundial. Esta conversión del corazón implica a la persona toda, en su dimensión integral: sus sentimientos, emociones, valores, pensamientos, opciones y acciones. Junto a la conversión del corazón es necesaria la conversión cultural, social y política de la sociedad mundial. Se trata de recuperar la libertad interior, siendo libres de cualquier temor, creencia, juicio o prejuicio. Y este cambio se fundamenta es aspectos micros, individuales y espirituales.
Hagamos de nuestros entornos ambientes de sana convivencia y buen trato para fomentar una cultura de paz con nuestra familia. #Líderesjudef #Forjamoselcaminohaciaunfuturomejor #Compromisoconlapazyelbuentrato #DIFESTATALCHIHUAHUA Prevención de la violencia familiar a través de la construcción de entornos familiares y sociales sanos en Ciudad Juárez.
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