La esperanza es la capacidad humana de pensar y asumir el futuro como diferencia posible y superior con respecto al presente. Es decir, es la posibilidad de entender que lo que hoy existe no tiene necesariamente que existir, que nosotros podemos transformarlo, que el futuro no está, por tanto, predeterminado, sino que, depende de nosotros y nosotras, de nuestra acción y que, por fin, este futuro puede ser novedoso. Esto así, sin dejar de reconocer que la acción humana, nuestra acción, está siempre condicionada, es decir, limitada y posibilitada por el contexto en el cual ella se realiza.
La esperanza es la confianza en las posibilidades humanas de construir el futuro que nos lleva a la acción sin desesperación ni desesperanza, aunque con realismo. Sin acción la esperanza es pura espera e impotencia. Pero al mismo tiempo, sin conciencia de los límites la esperanza se puede convertir en ingenuidad. Así, la esperanza no puede ser pura ilusión. Es decir, no pude quedarse en los puros sueños ni en el desconocimiento de los límites reales. Ella debe caminar siempre en la dirección de realizarse como esperanza verdadera en el sentido de intentar convertir aquellos sueños en realidades concretas e históricas y, al mismo tiempo, aceptando que al momento de intentarlo se encontrará con los límites y las dificultades que le obligarán a adecuar lo soñado con las posibilidades reales de transformación de las condiciones de existencia. En este sentido, la esperanza que se convierte en movimiento histórico concreto va construyendo razones para esperar. Estas razones para esperar son los eventos que el servicio construye en la práctica popular. Los avances, aparentemente pequeños, que se van realizando. Los pequeños logros y, también los triunfos un poco más grandes se van constituyendo en razones que fortalecen nuestra esperanza pues son evidencias de un camino que vamos haciendo posible. Por fin, la esperanza supone que entendemos el presente, lo actual, lo real, no como algo dado y cerrado, sino, como posibilidad. Es decir, que la realidad está siempre empapada de posibilidades que nosotros y nosotras podemos realizar con inteligencia, voluntad, decisión e imaginación. Hagamos de nuestros entornos ambientes de sana convivencia y buen trato para fomentar una cultura de paz con nuestra familia. #Líderesjudef #Forjamoselcaminohaciaunfuturomejor #Compromisoconlapazyelbuentrato #DIFESTATALCHIHUAHUA Prevención de la violencia familiar a través de la construcción de entornos familiares y sociales sanos en Ciudad Juárez.
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